TASOQUEROS VIAJEROS: FLORENCIA

Ponte Vecchio

"Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme"

Así es como el famoso escritor frances Stendhal describio su visita a Florencia en 1817 en su libro "Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio". Es aqui donde nace el que posteriormente la psiquiatra italiana Graziella Magherini denominaría "El síndrome de Stendhal", un trastorno psicosomático que afecta especialmente a personas altamente sensibles y se produce cuando en un breve periodo de tiempo, admiramos  de manera continuada un gran número de obras de arte, experimentando una especie de sobredosis de belleza artística.

El poderío de la familia Medici, las matemáticas y la cúpula de Brunelleschi, el primer taller y los inicios de Leonardo Da Vinci, el David de Miguel Angel, el infierno de Dante, las puertas del paraíso de Ghiberti o el príncipe de Maquiavelo. Seguro que por la cabeza de ese joven emperador romano al que muchos llamaban Julio Cesar, nunca se le ocurrió que ese pequeño campamento fortificado sobre las aguas del río Arno acabaría siendo la cuna del Renacimiento en todo el mundo.

Y es que no es necesario conocer de arte para enamorarse de la belleza de esta ciudad. Hablamos de Florencia, la capital de la Toscana, del Renacimiento y del Intelectualismo, donde se forjaron grandes figuras del arte y de la arquitectura y es por ello que Florencia es una ciudad con una gran influencia turística de Italia y de toda Europa.

El David
El día que visite Florencia fue uno de los días mas bonitos y de los que mejor recuerdo tengo, ya que me quede impresionado con esta ciudad, así que voy a contaros como fue aquel día.

Lo primero que hicimos fue llegar bastante pronto a la capital toscana y subir a la Piazzale Michelangelo. La Plaza de Miguel Ángel es uno de los mejores miradores de Florencia. Desde su cima se puede contemplar la ciudad en todo su esplendor. Después, bajamos hacia la ciudad y hicimos una parada en la Iglesia de Santa Croce, la iglesia franciscana más grande del mundo. Con 115 metros de longitud y 38 metros de anchura, en Florencia sólo es superada en tamaño por el Duomo, del que hablaremos mas adelante.

Una vez nos metimos de lleno en el centro histórico de Florencia, (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO) entramos en la Basilica de San Lorenzo, con una cúpula que contiene tumbas de la familia Médici, además de la Sacristía Nueva de Miguel Ángel.

Luego pasamos por el Palazzo Medici, el palacio del siglo XV diseñado por Michelozzo para la familia Medici. Los Médici fueron uno de los linajes de mecenas más importantes de Italia y de Europa.
Duomo

Para completar la mañana, fuimos a la Piazza del Duomo, donde me quede alucinado con la grandeza y la elegancia de aquellos monumentos. Ahí pudimos ver las puertas del Paraiso del Baptisterio y como había un pequeño mercadillo. Aprovechamos para ir al mercado y parar a comer. Efectivamente, los rumores son ciertos, y es que cuando pruebas una pizza italiana, ya no hay ninguna que te parezca igual de buena ;)

Después de comer entramos en el Duomo y fue la experiencia que mejor recuerdo del viaje. Entrar al Duomo y ver sus pasadizos y entresijos hasta llegar al interior de la cúpula de Brunelleschi fue algo que no olvidare y después de ver la cúpula por dentro, subir al mirador arriba del todo del Duomo y ver esas vistas, tampoco lo olvidare.

Nos juntamos con el resto de clase en la Piazza della Signora, en la cual nos tomamos un buen helado. Si la Piazza del Duomo es el centro religioso de la ciudad, la Piazza della Signoria es el centro del poder civil y la zona más animada de la ciudad. Cuando terminamos de merendar, pusimos rumbo al Palazzo Pitti, el palacio por el que había vivido la familia Pitti, los Medici o el mismo Napoleon Bonaparte. Para ello, tuvimos que cruzar el Ponte Vecchio. Ver el atardecer desde aquel lugar fue algo impresionante. Con sus casas y tiendas colgantes, el Ponte Vecchio es uno de los puentes más famosos del mundo. El "Puente Viejo" debe su nombre a que es el puente de piedra más antiguo de Europa y es de los pocos puentes que siguieron en pie después de los ataques de la Segunda Guerra Mundial. Para terminar, volvimos al autobús, haciendo una ultima parada en Santa María Novella, la sede de los dominicos en Florencia. Su interior está repleto de detalles y sus paredes esconden auténticas obras de arte.

En conclusión, fue un viaje que nunca olvidare y estoy deseando volver a pisar las calles de Florencia, porque estoy seguro que volveré ;)














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